Mbiuni, Kenia – 2008
Iban camino del colegio temprano por la mañana, yo los perseguía fotografiándolos en Mbiuni, una población habitada por los Kamba en Kenia, en principio no fue una de las fotos seleccionadas, de las mejores, pero cuando ya de regreso la revisé con detenimiento, vi en el niño que me mira, la mismísima cara de Africa, pobreza, caos, sonrisas, heridas…
Empezando por su cabeza, la tiene rapada, asunto de piojos, lo siguiente que veo es su sonrisa, debajo, un cuello de la camisa por fuera y el otro por dentro, por el agujero desilachado del jersey pasa la cabeza de un león, ese mismo sueter debe ser dos o tres tallas mas grande de la que le pertenece, por eso, la manga le tapa por completo la mano izquierda, con la derecha, sujeta una mochila / cartera hecha pedazos, cremalleras rotas y sin asas que le permitan colgársela a la espalda como la llevan los otros niños, por supuesto va descalzo y, además, tiene el pié derecho atrofiado, lo que le obliga a arrastrarlo por el suelo mientras camina y, todo junto, es como una gran metáfora, también, de Africa. La gente que ha viajado en alguna ocasión al continente negro, yo lo he hecho en dos ocasiones, dicen que Africa engancha, que inevitablemente acabas volviendo, yo no he sentido esa necesidad…por Africa misma, pero ¡vive Dios! que he de regresar a Mbiuni, encontrar al niño y comprarle un jodido jersey nuevo, una cartera y sandalias, pero, ahora que lo pienso, ¿no es este niño la imagen misma de…Africa?, entonces… ¿no será Africa quien me llama?