Africa and Me
Senegal Nov / Dic – 2010
He escrito anteriormente acerca de Africa, del Africa anglofona / cristiana ( Kenia ) , esta vez lo haré del Africa francófona / musulmana ( Senegal ), otro rollo, no se si la gente, los indígenas, la colonización francesa o la influencia religiosa la hace así, pero encontré un Africa… ¿ como decirlo?, mas borde, ¡no foto!, esta era la cantinela mas común que me iba encontrando a lo largo del país cada vez que levantaba la cámara ya fueran, niños, adolescentes, mujeres o ancianos en, mercados, en la calle o cualquier otro lugar, que raro, pensé, ¿ qué le pasa a esta gente?, ¿qué problema tienen con las fotos?, después de una breve investigación descubrí el mismo relato / cuento en todos ellos, -Tu nos haces fotos para hacer postales y ganar dinero a nuestra costa- ¡ea!, ahora convéncelos de que no es así ( ¡ojalá fuera cierto! ) y, qué además, tu estás allí haciendo tu trabajo que no es otro que hacerles fotos en su acitividad diaria sin abusar. ( No me extenderé aquí acerca de los derechos a su imagen de las personas, ya los conozco y, por supuesto, los respeto, lo que explico aquí es harina de otro costal ).
Nubes de indígenas ( negros) y moscas me persiguen cada vez que mi blanca jeta aparece por las estaciones de taxis, en los embarcaderos o cruzando la frontera, me atosigan, me venden mandarinas, plátanos, agua, relojes, pilas, vuelven una y otra vez, sin descanso, agarran mi bolsa / maleta gritándome: ¿Ça va mon ami?, ¿tout bien? … bien, bien, deja la bolsa ¡coño!, ¡ne pas necesary!, ya la llevo yo, ¡je conais!, I know!, I know!, dejadme tranquilo ¡cuyons! ( el Francés lo escribo aquí tal como lo hablaba, mezclándolo con Español y algo de Inglés y hasta Catalán o en última instancia inventándolo, ¡que remedio! )
Niños descalzos paupérrimos pidiéndome dinero una y otra vez, no importa si ya les di antes, insisten igualmente pero todos huyen en cuanto levanto la cámara, bien, ya tengo la solución para librarme de ellos, es tan solo cuestión de hacerles una foto, bueno, de intentarlo mas bien.
Finalmente le cojo el tranquillo a la situación, cuando me gritan con mala educación y aspavientos ¡no foto! ¡no foto!, ni caso, paso de ellos y si se ponen bordes entonces les grito mas alto mientras los fotografío sin compasión, se sorprenden y siguen con lo que estaban haciendo dándome la espalda en la mayoría de los casos , si cogen un piedra amenazándome yo agarro otra mas grande y les espeto el intraducible y castizo, ¡A que no hay güevos!, entienden que no estoy para ostias y me dejan en paz, algunos de los que contemplan la escena se ríen de sus compañeros ofendidos y me enseñan su dedo pulgar levantado en señal de aprobación, parece que así me respetan, al menos, puedo seguir haciendo fotos que es el único motivo de mi viaje pero, realmente, no es muy agradable.
Cuando pregunto de nuevo por tanto borderío con las fotos recibo invariablemente la misma respuesta, el mismo rollo…. -tu ganas dinero haciendo postales, debes pedir permiso y bla, bla, bla- pero realmente es tan solo cuestión de unos pocos dólares, intuyo que algún listo / capullo les ha metido en la cabeza a lo largo del tiempo unos mal entendidos derechos, intento explicarles las diferencias del fotoperiodista con los turistas pero realmente esa diferencia no es importante, que si no hago fotos atractivas de Senegal el reportaje resultante no será bonito y que la gente que lo vea no estará tentado de visitar su país y que, para reclamar derechos y dignidad, mejor empezar por pedir a su gobierno que escolarice a todos los niños abandonados, que les asfalten las calles, que les construyan hospitales, que reclamen un trabajo digno, que les recojan la basura de las calles y no se dejen engañar con la cantinela de las fotos atacando al primer desgraciado / turista con una cámara en la mano, que eso no es bueno para el turismo en general etc, etc. Me escuchan con atención y, generalmente, asienten a mis razonamientos, pero estoy realmente muy cabreado y todo el rollo que les suelto, siendo honesto, me importa realmente un bledo
Salgo de Senegal desde Saint Louis un par de dias antes de lo previsto, estoy cansado, no me apetece tanta batalla diaria, cruzo la frontera en cayuko por el río Senegal camino de la capital de Mauritania, Nouakchott, con el mal rollo de A-lQaeda constantemente en mi cabeza, en una de las paradas junto a un chiringuito en la carretera en mitad del desierto veo unos niños con camellos a cierta distancia, la escena, la luz, las doradas dunas, todo era perfecto, así que levanto la cámara para fotografiarlos y al pronto, un lugareño mauritano junto a mi, me suelta: ¡no!, ¡no!, ¡no foto!… ¿eh?, ¿que pasa? le digo, ¿Quién coño eres tu para decirme que no haga fotos?, cuando empieza a contestarme, le digo, ¡espera un momento!, ¿es tal vez porque haré postales con las imágenes y bla, bla, bla…?, ¡oui!, ¡oui! me contesta, ¡Dios!, Bruto, hijo de alguien, ¿tu también?, me quito las Ray-Ban mientras le miro de frente directamente a los ojos y le suelto: Mira tío, ¿sabes que?, ¡vete a la Mierda!, ¿eh?, ¿que es que çe?, me giro sin darle mas bola y rápidamente intento captar el momento que quería fotografiar, pero ese momento, por desgracia, ya se ha esfumado para siempre en el tiempo.
Paco Feria / fotoperiodista